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FRENEMOS LA OBESIDAD INFANTIL

2.-En este espacio hemos abordado en numerosas ocasiones el tema de la obesidad, tanto en la población en general, como la obesidad infantil. Ambos son parte de un serio problema que nos está afectando como país y cuyas repercusiones ni siquiera hemos empezado aun a notar en su totalidad.

La obesidad infantil, si bien ya es considerada una epidemia mundial por la Organización Mundial de la Salud, en México es la causante de entre 8 y 10 por ciento de las muertes prematuras, de acuerdo a cifras arrojadas por la Secretaría de Salud, convirtiéndose así en la segunda causa de muerte en nuestro país.

Y aunque las políticas gubernamentales están comenzando a buscar formas de atacar este gran problema, lo cierto es que la mejor manera de combatirlo comienza en casa, con acciones concretas. Si en tu casa o en tu familia hay pequeños con obesidad, presentamos una serie de ideas que podrán ayudarte a enfrentar este tema con ellos y hacer algo al respecto.

  1. Primero es importante que hables con los pequeños y les expliques qué es la obesidad, que es una enfermedad que afecta a muchos niños en el mundo y en México y que es importante erradicarla por su salud. También puedes explicarles las distintas enfermedades asociadas con esta condición.

  2. Explicarles que a partir de ahora habrá muchos cambios importantes en casa y comprometerse a ello. Como adultos, somos absolutamente responsables de lo que nuestros hijos consumen (y no solo aplica para alimentos, también para música, televisión y videojuegos). Animarlos y decirles que los cambios serán para bien de todos.

  3. Hacer una limpieza concienzuda de la alacena y eliminar harinas y azúcares refinados, refrescos embotellados, jugos y bebidas coloreadas para niños que no son más que agua con azúcar y colorante. También golosinas y pastelillos. Si eliminas la tentación de sus ojos, será aun más fácil.

  4. Sustituir todo lo anterior por semillas (nueces, almendras, girasol) cereales de bajo índice glicémico y con fibra, como avena y amaranto, aguas naturales y de postre fruta de la estación. Quizá al principio les cueste trabajo cambiar un pastelillo por un mango o una manzana, pero con el tiempo se acostumbrarán. De igual manera tener siempre zanahorias, jícamas y pepinos para que puedan comer con chile y limón si sienten ansiedad o hambre.

  5. Incentivar a los niños a consumir más frutas y verduras. Incluso hacer un cuadro de toda la familia donde se anote el consumo de cada quien y ver quién logra consumir más al final del mes. Pero ojo, sin ningún premio de por medio.

  6. Olvidarse del tema de los premios y los castigos con comida. Eso solo logra que los niños asocien los sentimientos de bienestar o malestar con comida, hechos que más adelante pueden convertirse en serios trastornos alimenticios.

  7. Involucrar a los niños en la preparación de su lunch escolar y olvidarse de darles dinero para que compren algo en la escuela. Si un niño prepara parte de sus alimentos, ello le generará un sentimiento de mayor cercanía con su comida.

  8. Actualmente existen muchos títulos que hablan de este tema. Podemos comprar un par de libros y leerlos junto a nuestros pequeños, en donde se trata la obesidad y la importancia de combatirla.

  9. Interesar a los niños en actividades físicas. Desde andar en bicicleta o patines un rato todas las tardes hasta inscribirse en una caminata o carrera familiar en donde pueda participar toda la familia. Lo importante es que los niños comprendan la importancia de ejercitarse regularmente.

  10. No ceder. Los fines de semana pueden resultar especialmente difíciles puesto que siempre hay compromisos sociales o salidas a comer y la tentación es mayor. Pero si somos persistentes, viendo siempre a futuro y pensando en el bienestar y la salud de los pequeños, los resultados no se harán esperar.

La labor no es sencilla, pues tristemente muchos de nuestros niños tienen años y años de ir acumulando pésimos hábitos alimenticios, pero con esfuerzo y sobre todo con conciencia, todo es posible. Solo se trata de querer dar el primer paso y estar dispuestos a continuar avanzando. ¡Ánimo!

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